Ser estudiante en tiempos de crisis

Esto que estás viendo es un artí­culo de homenaje a una especie humana adaptada a todo tipo de hábitats y acostumbrada a vivir en las condiciones económicas más terminales. Efectivamente, hablamos del estudiante. ¡Que le hablen de la crisis a un estudiante!





Una vez que la Universidad te expide el carnet de estudiante, tu vida se convierte en una continua supervivencia por llegar a final de mes con la exigua asignación (paguilla) de tus padres o con la beca que el correspondiente Ministerio concede para libros y matrí­culas (si hay suerte…).

Sí­, lo sabemos. Hay gente que vive muy bien como estudiante. Seguro que conoces a gente que no ha tenido que salir del hogar familiar para estudiar en la universidad que habí­an elegido y donde al regresar se encuentran todo hecho: la compra, las tareas del hogar, rompa limpia y planchada (o no) bien guardada en los armarios y sin que nunca falte nada en la despensa.

Pero nuestro homenaje hoy es para aquellos que viven fuera de la casa de sus padres. De los que os habéis tenido que ir fuera y buscaros un piso entre varios o hacer filigranas para poder tener unos macarrones en la cazuela o pan de molde para un sandwich el dí­a 28 (o antes) de cada mensualidad si salí­s de fiesta más de dos noches seguidas.

Lo confirmaban hace relativamente poco en el portal inmobiliario Idealista.com: la crisis ha hecho que desde finales de 2009 hacia acá se dispare el níºmero de pisos compartidos entre estudiantes en las principales capitales de Espaí±a (y no sólo entre estudiantes).

La cesta de la compra del estudiante, como la de todo el mundo, está cada vez más cara y las virguerí­as que hay que hacer para estirar la paga paterna son de auténtico Master of Finances 5 estrellas Resort. Si uno lo piensa bien, ser estudiante es toda una mili que curte al “quinto” universitario en las duras artes de manejar su propia economí­a y, en definitiva, su propia vida.

Tanto es así­ que muchos estudiantes de ambientes universitarios optan por compaginar su actividad como estudiantes con un trabajo como dependientes en tiendas, camareros en bares o restaurantes y otros menesteres parecidos de fin de semana al efecto de poder pagar algíºn capricho de vez en cuando, porque las cosas vienen tan justas que no dan para muchos excesos: un trapito nuevo, un lápiz para maquillarse el ojo, quizá un juego nuevo o bien un smartphone o una blackberry para estar en contacto con los amigos.

Por ello, lo que os pedimos hoy es que nos contéis en los comentarios de este post o en nuestras redes sociales: página en Facebook, bien sitio en Twitter o también en nuestro espacio en Tuenti, ¿cómo os la ingeniáis como estudiantes para llegar al fin de mes? ¿qué argucias ahorrativas empleáis? ¿compatibilizais los estudios y los trabajos de forma que cuando alguien quiere ligar con vosotr@s le respondéis: “las dos cosas“?

Destacaremos en nuestros sitios aquellas soluciones más ingeniosas o, si todo esto no os hace nada de gracia, las que más utilidad tengan para el resto de los que nos seguí­s.

Sabed que al menos tenéis disponible toda nuestra colección de ficheros y documentos de ayuda al estudiante, de forma libre y totalmente gratis. Menos es nada… ¿no?

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