Nada de excusas para afrontar tus tareas de clase

Rufo teme afrontar sus tareas claveCuando nos planteamos ponernos a estudiar en serio y sacar adelante nuestras tareas de clase (trabajos monográficos, pasar a limpio apuntes, subrayar ideas principales, memorizar datos importantes, etc) todos tenemos buenos y malos dí­as. La productividad está supeditada a la humanidad y la humanidad, como todos sabemos, es imperfecta





Sabiendo que hemos de compaginar dí­as buenos con dí­as malos, lo interesante es conocer las pautas de trabajo y estudio que pueden hacernos conseguir una media más que interesante de dí­as productivos, en los que, invirtiendo el menor tiempo posible consigamos los máximos resultados. Y para ello, es importantí­simo que nos dejemos de excusas y plantemos cara a la realidad.

Reconoce tu situación real

No puedes iniciar un cambio de actitud para intentar mejorar en los estudios si no haces una valoración realista y sincera de las causas de tu improductividad. Culpar a otros de lo que nuestra situación nunca ha sido medicina para ningíºn mal. Además, hay gente que sabe sobreponerse a cualquier situación negativa propiciada por otros; por lo cual, tíº también debes ser capaz de hacerlo.

Seguro que con un poco de análisis descubres por qué no avanzas todo lo que podrí­as y cuál es el factor que te está frenando.

Decisión contra la procrastinación

Todos tenemos tareas que no apetece hacer. Pero si tenemos esa tarea será por algíºn motivo. No podemos soslayarlas ni obviarlas, o hacer como si no existieran. Un buen remedio contra la procrastinación, esa especie de vicio de intentar retrasar lo más posible todo aquello que no tenemos ganas de hacer, es crear rutinas de actividad acometiendo tareas de baja intensidad.

Estas tareas de baja intensidad son aquellas que no requieren de nosotros mucho tiempo o excesiva energí­a pero que pueden ir construyendo un hábito de productividad en nosotros, si las hacemos con constancia. Por ejemplo, una lectura rápida de los tres o cuatro folios de apuntes que hemos tomado en clase, al llegar a casa.

Una vez habituado a resolver tareas con fluidez podrás pasar a otras que exigen de ti más de tu tiempo, de tu concentración, en definitiva, de tu energí­a.

Localiza tus tareas clave

El error básico de muchos métodos de productividad que utilizan los estudiantes es no tener claros los objetivos de nuestra actividad ni diseí±ar las tareas que nos van a ayudar a conseguirlos.

Es importantí­simo, prioritario dirí­amos, que sepas qué es lo que quieres conseguir con tu renovación como estudiante, con esta nueva actitud productiva que te has prometido seguir. Apíºntalo en un papel. Sí­, sin miedo. Apunta los 10 retos que vas a lograr en este curso con tu nuevo yo productivo.

Una vez los tengas, es igual de fundamental, que establezcas las tareas clave que te van a ayudar a conseguir esos retos. ¡Ojo!, decimos las tareas clave, las cruciales, las más importantes, no cualquier minucia o tarea menor. Hay mucha gente que llevando el más minucioso programa de tareas, es improductiva porque se detiene en lo superfluo y no en lo clave.

¿Cuáles son las tareas cuya realización te van a ayudar a estar más cerca de tus objetivos? Averí­gualo. Anótalo. Y a por ello, ¡con decisión!

Un buen momento, quizá el mejor, para afrontar la realización de esas tareas clave, como ya te hemos contado en más de una ocasión, es la primera hora de la maí±ana, cuando nuestra energí­a aíºn está intacta y renovada tras un placentero sueí±o. A medida que avanza el dí­a vamos perdiendo esa energí­a, por la fricción con las sucesivas cosas que nos van aconteciendo con el paso de las horas.

Buitruco: Aprovecha las mejores horas del dí­a; recárgate de sueí±o y descanso, y acomete las tareas clave a primera hora de la maí±ana

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1 comentario

  1. andrea ysa dice

    esta bueno jajaja si como no

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