Pautas para reencontrar la senda perdida del estudio

Rufo optimista Muchas veces creemos que estar ocupado mucho tiempo es sinónimo de ser productivos. Os lo hemos ido contando todos estos aí±os: que no se trata de hacer machadas o heroicidades de ver quien es el que más aguanta estudiando. De nada sirve vaciarse en un esfuerzo agotador si las horas no están sirviendo para aprender. Al igual que correr en futbol no asegura la victoria tanto como lo pueden hacer la técnica y la estrategia, lo mismo pasa en el campo de la productividad en las aulas. Es más productivo quien mejor sabe gestionar las tareas, siendo eficaz con el tiempo de realización y tratando de aprender sin tener que echar horas, con perdón, a lo tonto.





Lo primero que te queremos hacer llegar es que no seas demasiado duro contigo. Si hasta ahora no te ha ido bien en los estudios es seguramente porque no has adquirido la técnica necesaria o el esfuerzo no vaya contigo. Pero no más culpas ni autocastigos. El castigo no es constructivo y se trata de que mejores. Hay que trabajar mucho para conseguir trabajar poco. Es decir, tienes que adquirir una disciplina en el trabajo hasta que no cueste realizarlo y se haga de forma más eficiente. Para ello tienes que estar al 100% mentalmente. Remordimientos de tiempo perdido, ¡fuera!

Haz que cualquier pensamiento tuyo sirva para dar un paso adelante. Está claro que se avanza con positivismo. Deja de tener pensamientos funestos y empieza a dejarte llevar por las ideas optimistas. ¿Sabes lo que paraliza mucho el éxito de un estudiante? Ese miedo contí­nuo al fracaso: el 80% de la preparación de un examen o prueba importante nos la pasamos pensando en qué pasará si suspendemos o la superamos. Seamos prácticos y ocupémonos de que los problemas no pasen y luego, ocupémonos de los problemas cuando ocurran, no antes ;-)

Visualí­zate a ti mismo pasando a la acción. Si tu mente puede concebirlo, quiere decir que crees que puede hacerse y seguramente es que puede hacerse, con lo cual, con esa motivación que va a ser tu nueva fortaleza en el futuro, lo harás. ¡Seguro!. Los atletas y deportistas avanzan mucho cuando visualizan el performance de su práctica: aprenden de sus errores y visualizan la mejor forma de hacerlo. Haz tíº lo mismo. Intenta analizarte a ti mismo para descubrir tus fallos, pero también tus aciertos y potencia estos íºltimos.

Rufo solidarioA la hora de ponerte en camino recuerda la norma de los pequeí±os pasos. Nos precipitamos a la hora de acometer los estudios, quizá con la prisa de quitarnos la pesada tarea en cuanto sea posible, y eso nos va llevando hacia un atolladero de improductividad. Todo lo que no aprendemos bien ahora, se acumulará en el examen. Ten paciencia. “Small actions get great results”. Puede que un exceso de ganas de ser productivo te lleve a lo que contábamos antes: cansancio, apatí­a, malos resultados… Nadie hace una maratón el primer dí­a que sale a correr. Para eso está el entrenamiento. Entrénate bien, a tu ritmo, y descubre hasta donde puedes llegar.

Puede que nos hayan inculcado el pensamiento de que estudiar es una especie de competición contra el resto de estudiantes de tu clase, de tu carrera, de tu oposición, de los que aspiran también al mismo puesto de trabajo, de la vida en general, etc. Pero, créenos, en el estudio no hay contrincantes. Estudiar es una actividad profundamente solidaria. No toda la sabidurí­a está en los libros. Invierte tiempo en estar con tus compaí±eros, compartir experiencia y también técnicas, ayuda para que seas ayudado. Acércate también a todos aquellos profesores que crean que enseí±ar y ser educador es algo más que esperar a que suene el timbre para acabar la clase, porque tienen mucho que darte y ellos lo están deseando. Siempre estaremos al lado de los buenos, de los genuinos maestros.

Acógete sin miramientos al refrán “No hay mal que cien aí±os dure“. Puestos en el peor de los casos y si ninguno de los consejos anteriores te ha servido para cambiar tu concepción de los estudios como una auténtica tortura, ten por seguro que sólo estás ante una mala época que pasará. De ti depende el cómo y el cuánto.

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