¿Tienes un profe zombi?

rufo_zombiLa forma en la que nos educan y aprendemos está cambiando velozmente. A veces ya ni recordamos cómo era la Educación o las clases de antes. No obstante seguimos encontrando muchos vestigios del mundo viejo en las aulas.





Hablar hace unos aí±os de la brecha digital era casi anecdótico. Habí­a gente nacida en un entorno de nuevas tecnologí­as de la información y de la comunicación, que las tení­a perfectamente incorporadas en su vida diaria y otras personas que no habí­an crecido acompaí±ando el ritmo de la innovación en su ocio, en su vida personal o en sus respectivos campos de trabajo, entre ellos el aprendizaje y la enseí±anza. Transcurrí­an por separado, mucho más dominante el segundo, pero entre esos dos mundos no existí­a el abismo que existe ahora.

Ahora el profesor que no incorpore esa nueva tecnologí­a, la web 2.0, los nuevos soportes de la información y no apueste por los dispositivos electrónicos y herramientas cibernéticas   que más consiguen impactar en la mente de sus alumnos, están mermando mucho las posibilidades de incentivar y estimular un alto rendimiento intelectual de éstos. Si el iPad genera más impactos positivos en mi agilidad mental, en mi inteligencia para resolver tareas (juegos), en mi capacidad de concentración y atención, etc, que otros métodos analógicos, ¿qué podrá hacer un profesor armado con un pizarrón y un cuaderno cuadriculado recitando un texto monocorde? ¿Dormir a las ovejas?

Hay muchos amigos del Rincón del Vago que nos comentan cómo sus profesores no son zombis de esos que confiesan tener aversión a internet, a las nuevas tecnologí­as y a cualquier dispositivo “del diablo” y que, lejos de esto, integran todas estas facilidades de comunicación y aprendizaje, fruto de la innovación tecnológica, en el transcurso de su clase.

Los profesores “vivos”, los normales, los no zombis, son conscientes del mundo al  que tendrá que enfrentarse el estudiante al abandonar el calor de las aulas: conocimiento compartido en internet, reputación profesional socializada, comunicación ví­a smartphones, tablets, era post PC y predominio de todo lo que indique cambio, flexibilidad, movilidad, adaptación…. Por eso acostumbran a sus alumnos al uso de las nuevas tecnologí­as en la clase, son amigos utilizar y menudear la enorme base de datos y de conocimiento que es internet para resolver las tareas, huyendo de la memorización forzada de conceptos y ayudando a sus alumnos a saber y dominar los mecanismos de filtrado y selección de la mejor información, al igual que el veterano maestro de una tribu enseí±a a los nativos a conocer los peligros y las bellezas de la selva donde viven.

Otros en cambio, nos comentáis, que os ha tocado el hueso duro de roer, ese profesor muerto pero vivo, con una salud de hierro, que resiste consolidado en su poltrona funcionarial el envite de las nuevas tecnologí­as y amparándose en el pobre argumento de la libertad de cátedra, se empeí±a en ir contra la corriente, aferrado a su miedo al cambio y que lo logra otro resultado que   anquilosar las alas de sus alumnos con argumentos y metodologí­as rancias que nada van a tener que ver con la práctica de una profesión o el recibimiento que nos espera en el mercado laboral y en cómo se comunica la gente que progresa. Esos alumnos no podrán volar.

Como tampoco es cuestión de huir de las aulas regidas por los profes zombis, ya os lo hemos dicho, toca formarse. No perder ripio de lo que se cuece en el ámbito donde queramos prosperar o desarrollar nuestras habilidades y destrezas. Toca hacer cursos, la gama y variedad de cursos gratuitos online es infinita, toca incorporar redes sociales y otro montón de herramientas interneteras a nuestros hábitos de estudio y comunicación.

A mí­ me decí­a un viejo profesor,  que seguramente, a pesar de su edad, sí­ hubiera recibido bien las nuevas tecnologí­as: “para tener éxito, hay que dar una mirada a los libros, y dos a la vida”. No perder nunca de vista lo que es tu entorno, cómo se mueve, qué ocurre en él y qué oportunidades tengo yo… ¿cómo lo puedo cambiar? Hoy, los libros siguen siendo los libros, pero la vida… la vida, amigos, es internet y comunicación, es compartir.

Sé vivo, ¡no te dejes “sorber” el coco”! ¡Brainssss! :)

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