¿Existe alguna relación entre los ingresos familiares, los logros académicos y el grosor de la corteza cerebral?
Mira lo que revela el estudio liderado por investigadores del MIT y Harvard
Luego de muchos años de estudio, esta investigación revela que los métodos de evaluación convencionales suelen retrasar el progreso y el éxito académico de los estudiantes de clase social baja en comparación de los estudiantes de clase social alta.
Un nuevo estudio liderado por investigadores del MIT y Harvard le da mayor importancia al concepto del margen de rendimiento (“Achievement gap” en inglés): después de comparar los cerebros de los estudiantes de bajos recursos con aquellos que poseen mucho dinero, se han dado cuenta que los estudiantes con más dinero tienen una corteza cerebral más gruesa asociadas a las áreas como la percepción visual y retención del conocimiento. Por otra parte, las diferencias de este estudio están basadas en un solo parámetro: las calificaciones obtenidas en sus exámenes.
“Como cualquiera puede imaginárselo, el no poder contar con el apoyo familiar tiene un efecto negativo en el rendimiento académico. Podemos verlo no solamente en los resultados de las pruebas o en el nivel de preparación, sino también entre los cerebros de estos niños,” dice John Gabrieli, profesor en el área de ciencias cognitivas y cerebrales. Añade “Para mi, esto es un llamado de atención. Porque uno desea aumentar las posibilidades de éxito para aquellas personas cuyas vidas no son fáciles en su entorno o familia.”
Este estudio no exploró las posibles razones que pudieron provocar estas diferencias en la anatomía del cerebro. Sin embargo, estudios previos han demostrado que estudiantes provenientes de familias pobres son más propensos a padecer estrés a edades tempranas, tienen mayor dificultad de acceder a recursos educativos y se encuentran menos expuestos a otras lenguas e idiomas. Todos estos factores están relacionados a rendimiento académico bajo.
La diferencia en el rendimiento, medida a través de exámenes entre niños pobres y ricos, es un fenómeno generalizado y de larga data en la educación,” dice. “Actualmente hay mucho interés entre profesores y formuladores de políticas educativas. Intentan comprender cómo se forman esas diferencias entre estudiantes de bajos recursos y aquellos que tienen dinero. Y tienen un interés mucho mayor en querer reducir las distancias entre un grupo y otro.”
¿Cómo se explica la brecha?
El estudio tuvo a 58 estudiantes participantes que a su vez estuvieron divididos entre 23 estudiantes de bajos recursos y 35 estudiantes provenientes de familias con dinero, todos entre las edades de 12 y 13 años. Los de bajos ingresos fueron calificados como estudiantes que califican para ayudas sociales, como almuerzo gratuito y otras ayudas económicas.
Con la ayuda de la resonancia magnética, descubrieron diferencias en la corteza cerebral de los lóbulos occipital y temporal, cuyo rol principal radica en el procesar las imágenes y almacenar el conocimiento. Esas diferencias cerebrales se relacionan con los resultados de las pruebas y los ingresos familiares. De hecho, diferencias en la corteza en las regiones cerebrales antes mencionadas representa un 44% de la causa de la brecha de rendimiento.
Los investigadores han señalado que las diferencias encontradas a nivel cerebral no son permanentes. “Tenemos mucha evidencia que indica que el cerebro humano es muy plástico,” dice Gabrieli. “Nuestros hallazgos no indican que no pueda hacerse algo para revertir la situación. No significa que no podamos buscar más ayudas educativas a aquellos que más lo necesitan, podemos hacer grandes diferencias”.
En un estudio de seguimiento, los investigadores esperan aprender más sobre qué programas educacionales pueden servir para cerrar la brecha y, de ser posible, averiguar si estas investigaciones tienen efecto sobre la anatomía de nuestro cerebro.
Para concluir, West dijo: “De lo que no poseemos ninguna pista es hasta qué punto el estudiar en una buena escuela, tener un gran profesor o seguir un estricto programa académico mejora las notas y altera la estructura cerebral que hemos documentado, o si sufrieron esas modificaciones debido a otras cosas”.
En resumen: las personas con pocos ingresos económicos tienen más dificultades para desarrollar sus habilidades cognitivas porque su prioridad es sobrevivir. Esto no significa que los millonarios son los más inteligentes, porque basta con cubrir las necesidades económicas básicas para acortar esta brecha y las personas de escasos recursos puedan aprender más. La ciencia debe buscar caminos para acercarse más a la gente en vez de alejarse como lo ha hecho. De no detenerse el distanciamiento, habrá mucha más desigualdad en el mundo. Muchas cosas deben hacerse para evitar esto y mejorar el mundo en el que vivimos.
Por Aquiles Páez
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