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Autoevalúate.
Enfócate en conocer tus aptitudes. ¿Para qué eres bueno? ¿Qué se te facilita aprender? Seguramente habrá una o varias materias en las que destaques en la escuela. Con base en esto, averigua si lo tuyo es habilidad matemática, comprensión verbal o cualquier otra. Lo más probable es que encuentres una relación entre esto y tus actitudes.