Elegir un horario de estudio durante las vacaciones

Estudiar en vacaciones.

Esta expresión está cargada de significados y de consecuencias. Puede haber muchos motivos detrás de ella. No los vamos a analizar.

El caso es que aunque el curso ya ha terminado tíº tienes que concentrarte ante una pila de folios o aprender frases enteras de diversos libros de texto. Mientras que tus amigos están en la playa o en la piscina…

¿Cómo sobrellevarlo de la mejor manera posible?

Lo que está claro es que no podemos elegir un horario al azar, segíºn lo que nos apetezca cada dí­a, sin ningíºn criterio.

Es decir. Necesitamos planificación.

Eso requiere medir el plazo de tiempo que va desde ahora (el ayer ya no cuenta) hasta la fecha de finalización (probablemente la fecha de un examen final, o una prueba de acceso que tengas después del verano)

Con el tiempo disponible y resultante podemos elaborar diversos tramos o fases.

En el tramo o tramos más alejados de la fecha del examen podemos establecer un horario de estudio más ligero: 2 o 3 horas diarias, quizá por la maí±ana, tras un buen desayuno. ¿Por qué? Primero: 2 o 3 horas no es un tiempo excesivo, nos infundirá optimismo porque sabemos   que acabaremos pronto; segundo: por la maí±ana, porque nuestra capacidad de memorización y esfuerzo están más intactas después del descanso nocturno ( ¡eso si has descansado, claro!); tercero; tras un buen desayuno, porque estudiar también supone un buen gasto energético aunque creas que estar sentado no consume nada.

Sin embargo, a medida que nos vayamos acercando a la fecha del examen o de esa prueba de acceso en la que nos jugamos tanto, el tiempo de ocio de las vacaciones tiene que ir disminuyendo en favor de alguna hora de estudio y, sobre todo, de repaso, que es fundamental para fijar conceptos y asentar lo aprendido. En estos tramos de más esfuerzo es conveniente que hagas frecuentes descansos y que no renuncies a un buen paseo al final del dí­a o a un poco de ejercicio.

Recuerda siempre, alimentarte de forma equilibrada y tener siempre al lado una botellita de agua siempre rellena.

Es un método como otro cualquiera para que en tus vacaciones se puedan compaginar unas horas de estudio con gran nivel de asimilación de contenidos y de aprendizaje y, a la vez, el suficiente tiempo de ocio y disfrute como para no tener la sensación de que has echado por la borda un verano entero.

 

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