Las terribles horas antes de un examen

Lo llaman el momento de la verdad y suena como algo terrible, pero si has sido un vago productivo y has tenido en cuenta nuestras técnicas de estudio y pautas de aprendizaje, o cualesquiera otras válidas que tíº emplees para ser metódico en este arte que es estudiar, no tienes nada que temer.

Los exámenes llegan. Nos parece al principio de curso que quedan lejos, que tenemos todo un oasis de tiempo para procrastinar, jugar, salir y   gozar de la buena vida. Y no es que esto no sea cierto. Al fin y al cabo la vida es para disfrutarla, pero lo que no nos gusta es que llegue el final de curso, los exámenes y   te lleves chascos, ansiones, frustraciones y lloreras, porque entonces ¿de qué ha servido lo disfrutado?

Cuando se ha procrastinado, dejando eso de estudiar para otro dí­a y así­ hasta que ya no quedan, las horas previas al examen son un castigo. Todos lo hemos vivido. A mí­ también me costó entrar por la ví­a de la productividad, pero a base de palizas de íºltima hora y muchos toques de atención vi que aquello no era sano y me decidí­ a organizarme mejor, para disfrutar más de mi tiempo libre. Tíº también puedes hacerlo.

Cuando el examen se acerca lo que predomina es el miedo. El miedo atenaza y no nos deja estudiar, o mejor dicho, nos ponemos a estudiar y no   nos concentramos ni avanzamos. Es verdad que, como dicen los coachers y expertos en motivación, el miedo te mantiene alerta. Y es verdad, pero no estamos en la selva ni nos va atacar ningíºn tigre. Es un examen y le tenemos que atacar nosotros. Luego, sustituye el miedo por valor, la decisión. Tienes que ir dispuesto a merendarte cualquier pregunta que te pongan.

Es fundamental que no estés solo en esto. Si te rodeas de gente con pensamiento positivo y a la que le   sobre un poquito de ánimo para darte a ti energí­a, pues mejor. Huye siempre de los cenizos y negativos. A pocas horas de un examen la frustración es lo que menos te conviene y la gente tóxica tampoco.

Utiliza la experiencia de los demás. Seguramente no seas el primero que hayas pasado por esto. Hay muchas probabilidades de que el profesor pregunte más o menos siempre las mismas cuestiones o incluso sea fiel al mismo examen de todos los aí±os. Eso te creará atajos de esfuerzo, que, a lo tonto, a lo tonto, a muchos han salvado vidas, evaluaciones y cursos.

Nunca te olvides de reconocer tus logros y tu capacidad. Te infundirá optimismo. No puedes presentarte derrotado al examen. Siempre somos más de lo que pensamos de nosotros mismos. Seguramente sabes más de lo crees que sabes, son solo los nervios de la “batalla”. Si eres consciente de esto, mucho tienes ganado.

Estas pequeí±as claves son fruto de mi experiencia. Pero aquí­ no queda otra que tíº pases por esto y te enfrentes siendo tíº mismo o misma a tus propios exámenes. Nadie (sin hacer trampas, claro) puede presentarse por ti.  No te olvides de contarnos tu estrategia, compártela aquí­, puedes ayudar a muchos. Déjanos también en comentarios cuáles son tus miedos, ¿los dominas? ¿te pueden ellos a ti?

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