Detectar el alzhéimer incluso antes de detectar síntomas con un simple análisis de sangre es posible. La razón es que la proteína cerebral GFAP, proteína acídica fibrilar glial, se encuentra aumentada en personas que sufren de la enfermedad, incluso en aquellas que aún no tienen síntomas y se puede observar en el plasma sanguíneo.
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El descubrimiento de este biomarcador es obra de un equipo de investigadores pertenecientes al centro de investigación de la Fundación Pasqal Maragall, el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC) y abre la puerta para poder tomar medidas contra la enfermedad mucho antes, además de resultar una prueba diagnóstica no invasiva.
¿Cómo lo descubrieron?
“Lo que hemos demostrado es que la medida de una proteína llamada GFAP, que se expresa en unas células del cerebro que se llaman astroglía, está aumentada en sangre de pacientes con enfermedad de Alzheimer, pero no solo pacientes que ya tienen los síntomas desarrollados de la enfermedad, sino también en personas en la fase preclínica, muchos antes de que la enfermedad empiece”, explica Marc Suárez-Calvet, investigador principal del estudio y jefe del grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BBRC.
Los resultados del experimento se han validado en cerca de 900 personas pertenecientes a tres cohortes internacionales independientes. Primero, los científicos analizaron las muestras de sangre de 387 personas sin alteraciones cognitivas y con cierto riesgo de desarrollar alzhéimer, procedentes del Estudio Alfa (Fundación Pasqual Maragall y Fundación ‘la Caixa).
Después investigaron el plasma de 300 personas asintomáticas y con deterioro cognitivo que forman parte del estudio TRIAD, de Universidad McGill en Montreal. Y, finalmente, analizaron las muestras de 187 pacientes con deterioro cognitivo del Hospital Lariboisière de París.
¿Qué es la GFAP?
La GFAP, por sus siglas en inglés, es una proteína cerebral específica de las células de la astroglía. Estas células se encargan de dar soporte a la actividad de las neuronas y ayudan a regular la barrera hematoencefálica, la que impide la entrada de bacterias y otras sustancias al cerebro.
Si se produce daño cerebral, estas células reaccionan, en un proceso conocido como astrogliosis. La astrogliosis trata de contener el daño, elevándose la expresión de GFAP y otros marcadores.
En el caso concreto del alzhéimer, la GFAP se suele medir en el líquido cefalorraquídeo por medio de una punción lumbar. La ventaja que aporta el nuevo descubrimiento es que esta también se puede medir en la sangre, de manera menos invasiva y más precisa, aportando información sobre en qué punto de la enfermedad de encuentra la persona.
“Hemos visto que los niveles del biomarcador GFAP son más elevados en las personas que se encuentran en la fase asintomática del Alzheimer, y que nos permiten diferenciar los individuos con o sin patología amiloide en el cerebro, que es el estadio previo a la enfermedad”, explica Marta Milà-Alomà, investigadora del estudio y miembro del grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BBRC.
Los resultados de este estudio internacional se suman a los últimos hallazgos de biomarcadores sanguíneos para detectar la enfermedad Alzhéimer. En noviembre de 2020, el mismo equipo que lidera Suárez-Calvet en el BBRC identificó otros biomarcadores, en este caso de la proteína tau, para detectar las fases iniciales de la enfermedad.
“En solo dos años, la investigación en el campo de los biomarcadores del Alzheimer en la sangre está avanzando a tal ritmo que estamos convencidos que en un futuro próximo podremos detectar los cambios silenciosos que se producen en el cerero con un simple análisis de sangre solicitado por el médico de cabecera. Esto nos permitirá probar tratamiento antes que el daño neuronal sea irreversible”.
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Autor: I.S. con información de Muy Interesante