Un equipo de investigadores del Instituto Salk, en colaboración con Genentech, liderado por el español Juan Carlos Izpisúa Belmonte, consiguió revertir el proceso de envejecimiento en la piel y los riñones de ratones de mediana edad y ancianos sin que generen tumores ni ningún otro problema de salud, esto gracias a una terapia que ha logrado rejuvenecer sus células. ¿Es la clave de la eterna juventud?
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Técnicas de resolución de un sudoku
Izpisúa Belmonte, profesor del Laboratorio de Expresión Génica Roger Guillemin Char del Instituto Salk, explicó a la prensa los detalles del hallazgo cuyos resultados han sido publicados recientemente.
“Queremos devolver la plena funcionalidad a las células envejecidas para que sean más resistentes a enfermedades y lesiones. Nuestros resultados demuestran que, al menos en ratones, hay un camino para lograrlo”, explica el biólogo Juan Carlos Izpisua, uno de los autores principales del estudio.
La técnica de estos investigadores no sólo consigue retrasar el reloj epigenético de las células que es el indicador bioquímico que puede medir la edad en función de los niveles de metilación del ADN, sino que además, es capaz de mejorar implícitamente sus funciones, Izpisua lo explicó así:
“Además de abordar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, este enfoque puede proporcionar a la comunidad biomédica una nueva herramienta para restaurar la salud de los tejidos y del organismo, mejorando la función y la capacidad de recuperación de las células en diferentes situaciones de enfermedad, como las enfermedades neurodegenerativas”.
A medida de que envejecemos, cada célula de nuestro cuerpo lleva un reloj molecular que registra el paso del tiempo. Como consecuencia de ese envejecimiento, las personas mayores tienen marcadores epigenéticos, es decir, sustancias químicas en su ADN distintos en comparación con las personas jóvenes.
Se sabe que esos marcadores epigenéticos pueden volver a su patrón original añadiendo una mezcla de cuatro moléculas de reprogramación, también conocidas como “factores de Yamanaka“. De hecho, así es como se pueden convertir células adultas en células madre.
Estudios anteriores
En 2016, el laboratorio de Izpisúa Belmonte ya sugirió que se podían usar los factores de Yamanaka para contrarrestar las señales de la edad y aumentar la esperanza de vida en ratones con envejecimiento prematuro.
Y más recientemente, el equipo descubrió que, incluso en ratones jóvenes, los factores de Yamanaka pueden acelerar la regeneración muscular.
Pese a estos avances, los investigadores reconocen que aún queda mucho camino por recorrer: “la aplicación de nuestro enfoque a humanos requiere más pasos, cómo desarrollar formas de administrar los factores y controlar los niveles y cuánto tiempo se expresan los factores“.
En cuanto a esas posibles formas de administrar los factores de Yamanaka, están probando dos método diferentes. Uno de ellos, señala Izpisúa, sería mediante ARN.
“Sin duda, estamos hablando de avances que prolongarán la vida del ser humano. Creemos que evitar la disminución de la función de las células y la acumulación de inflamación que ocurre con la edad prolongará la salud y evitará el desarrollo de enfermedades como la sarcopenia, la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas. En conjunto, estos efectos beneficiosos pueden ayudar a prolongar la vida humana“, concluye el investigador Izpisua Belmonte.
Esta ansiada fórmula de la ‘eterna juventud‘ aún no ha sido encontrada, para los investigadores hay muchas interrogantes a las que encontrarles respuesta como el por qué funciona mejor en unos tejidos que en otros o a partir de qué momento esta terapia se muestra incapaz de servir de ayuda a las células.
Además, todavía se habla de ensayos clínicos en ratones. Este tipo de terapias a nuestro organismo supone todavía un reto mucho mayor. Aunque este proceso aún esté lejos de convertirse en nuestra fuente de la eterna juventud, es ilusionante lo conseguido.
A pesar de que se necesita más investigación, los científicos son optimistas respecto a las posibles aplicaciones futuras del hallazgo. Sin lugar a dudas este hallazgo abre la puerta a luchar contra las enfermedades degenerativas y a recupera tejidos.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Predicción de erupciones volcánicas
Autor: I.S. con información de Muy Interesante