Un grupo de 24 voluntarios participó en un pequeño estudio destinado a evaluar la efectividad de una combinación de psicoterapia y la psilocibina, el ingrediente activo más comúnmente conocido como hongos alucinógenos, esto con el fin de alterar la mente para tratar la depresión, si este enfoque tiene aprobación, podría ser el mayor avance en la salud mental desde Prozac en la década de 1990.
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La depresión, a menudo caracterizada por sentimientos de inutilidad, profunda apatía, agotamiento y tristeza persistente, afecta a 320 millones de personas en todo el mundo. En un año típico en los Estados Unidos, aproximadamente 16 millones de adultos, o el 7% padecen una enfermedad relacionada con la depresión, como depresión mayor, trastorno bipolar o distimia. Aproximadamente un tercio de los que buscan tratamiento no responden a las terapias farmacológicas verbales o convencionales.
Esta terapia con hongos alucinógenos ofrece algo de esperanza para estos casos. En el estudio de la Universidad John Hopkins, publicado el año pasado en la revista médica JAMA Psychiatry la terapia fue cuatro veces más efectiva que los antidepresivos tradicionales.
Dos tercios de los participantes mostraron una reducción de más del 50% en los síntomas de depresión después de una semana; un mes después, más de la mitad fueron considerados en remisión, lo que significa que ya no calificaron como deprimidos.
Los estudios clínicos más grandes que se están llevando a cabo en Estados Unidos y Europa tienen como objetivo obtener la aprobación regulatoria. Dos estudios han inscrito a más de 300 pacientes en 10 países recibiendo el estado de “terapia innovadora“ en 2018 y 2019 por parte de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, que ahora acelerará la revisión de los resultados.
Si los ensayos tienen éxito, se podrían establecer rápidamente nuevos protocolos que combinen psilocibina con psicoterapia en un entorno clínico para el tratamiento de la depresión. Los tratamientos podrían aparecer en las clínicas a partir de 2024.
La rehabilitación de la psilocibina como tratamiento médico plantea algunas preocupaciones. A algunos científicos les inquieta que el fármaco, que puede inducir psicosis en algunas personas, esté ampliamente disponible fuera de los entornos clínicos.
Y advierte sobre la eventual repetición de la adopción del LSD recreativo en la década de 1960, que causó mucho daño y retrasó décadas la investigación sobre los psicodélicos.
Muchos científicos de la profesión de la salud mental creen que los riesgos palidecen frente a los beneficios potenciales, que incluyen no solo tratamientos efectivos para la depresión, sino también una nueva comprensión de la base neuronal de muchos trastornos de salud mental.
“Estamos convencidos de que los efectos de estos fármacos son bastante profundos y de que hay una historia que será relevante para comprender los nuevos enfoques de las enfermedades cerebrales“, asevera Jerrold Rosenbaum, profesor de la Escuela de Medicina de Harvard ex psiquiatra en jefe del Hospital General de Massachusetts y líder de su nuevo Centro de Neurociencia de Psicodélicos.
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Autor: I.S. con información de Infobae