En épocas antiguas corría el rumor de que una bestia oscura, peluda y con cuernos se presentaba ante las puertas de las casas cierto día de diciembre para azotar a los niños y raptarlos con sus afiladas garras. Por las noches se podía advertir la presencia del Krampus por el eco de los pasos de sus pezuñas hendidas y el ruido de sus cadenas de hierro al agitarse. Pero lo más extraño de esta historia es que este ser terrorífico era ayudante de Santa Claus.
Sin embargo, esta inquietante bestia no era un demonio. Se trataba del mítico Krampus, compañero de San Nicolás (conocido también como Santa Claus, Papá Noel, Kris Kringle, etc.). Aunque Santa tiene ahora la reputación de adorar a los niños y visitarles por Navidad, juzgando su comportamiento y trayendo regalos a los “niños buenos” y trozos de carbón a los ‘malos’, Krampus encarnaba en el pasado el papel de un peligroso acompañante.
¿Quién es Krampus?
Se creía en el pasado que este monstruo con patas de cabra, largos cuernos, pelo desgreñado, rostro alargado, semblante malicioso y larga lengua bífida visitaba la casa de los niños que se portaban mal para castigarlos. Se suponía que les propinaba palizas e incluso los raptaba, llevándoselos con él a su cubil del infierno durante todo un año.
Según estas leyendas de hace siglos, si un niño se portaba mal, Santa en su omnisciencia lo sabría, y enviaría en consecuencia a su asociado, Krampus. Se contaba de este oscuro colaborador de cola serpentina que aparecía en los hogares en Navidad para castigar a los niños malos. De este modo, les apalearía con un manojo de varas de abedul, les azotaría con crines de caballo y les metería en un saco o cesto de mimbre para llevárselos al infierno por un año entero.
Este terrorífico ayudante de Santa es tan popular que hasta tiene su propia película.
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