El síndrome del corazón roto, también llamado “miocardiopatía inducida por estrés” o “miocardiopatía de takotsubo“, puede afectar a cualquier persona, incluso personas saludables sin ninguna predisposición a sufrir enfermedades cardíacas.
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“Tako Tsubo” es el nombre en japonés de unas trampas que se usan para capturar pulpos, las cuales tienen una forma similar a la que se observa en un corazón que padece esta afección. El síndrome fue descrito en Japón en los años 90, se le denomina del “corazón roto” porque está asociado a desencadenantes como cambios emocionales agudos, por ejemplo muertes inesperadas, rupturas, pérdidas laborales, entre otros estresantes emocionales.
Este síndrome se caracteriza por síntomas físicos que producen un dolor precordial anginoso, cambios electrocardiográficos, elevación de enzimas que nos hablan de daño miocárdico y una característica discinesia anteroapical del ventrículo izquierdo.
Este síndrome se caracteriza por una ausencia de obstrucción coronaria en faso aguda, discinesia anteroapical con hipercinesia basal reversible y evolución electrocardiográfica típica, generalmente se normaliza a los pocos días y no es una enfermedad grave, sin embargo se le debe brindar toda la atención y cuidados necesarios.
La presentación clínica típica del síndrome de Takotsubo son todos los indicios de un infarto de miocardio, dolor precordial anginoso y cambios electrocardiográficos. Ambas manifestaciones son consecuencia de la disfunción ventricular, que se manifiesta en el ECG con ondas Q y cambios ST/T.
Aunque esta patología ha sido descrita desde los años 80, no ha sido hasta recientemente cuando se ha podido confirmar la naturaleza vasoespástica de la misma, y por lo tanto el origen y tratamiento han sido variables y muy particulares en cada caso, lo cual indicaría un estudio exhaustivo de cada caso particular.
Existen algunos tratamientos para el síndrome de Takotsubo, como el manejo del estrés y la ansiedad en aquellos pacientes con antecedentes de estrés postraumático, trastornos de ansiedad y trastornos de los estados de ánimo entre otros.
También se han probado las terapias cognitivo conductual y aquellas técnicas y corrientes que puedan ayudar al paciente a lidiar con los pensamientos recurrentes o todos aquellos síntomas que puedan provocar estrés excesivo.
Con el infarto agudo del miocardio (IAM) en general, hay factores que predisponen para que tenga este efecto colateral, como hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, patologías vasculares periféricas y tabaquismo.
Por lo tanto se puede evitar con control médico y hábitos sanos del pacientes, buena alimentación, sueño regular, evitar tabaquismo y alcohol, reducirlos síntomas distresantes.
La prevalencia de esta miocardiopatía es del 1-3 por ciento de todos los pacientes con sospecha de síndrome coronario y el 6-9 por ciento si se tiene en cuenta sólo a las mujeres. Se ha descrito que los pacientes con miocardiopatía de tako tsubo tienen más riesgo de trastorno de ansiedad generalizada o de tener antecedentes familiares psiquiátricos que predisponen a la persona para sufrir del síndrome.
Si bien los precipitantes típicos de esta enfermedad son eventos estresantes negativos, recientemente se ha asociado con emociones positivas, porque puede también ser desencadenante por las variaciones altas de cargas serotonínicas, que es la hormona encargada de producir bienestar en ciertas regiones del cerebro.
Asimismo, se ha encontrado una asociación entre la miocardiopatía de tako-tsubo y trastornos neurológicos (7%) y psiquiátricos (24%), entre los que predominan los trastornos de ansiedad (13%), las alteraciones del ánimo (9%) y el delirio o la demencia (2%).
Uno de los mecanismos por los que se ha tratado de explica esta asociación supone que el paciente ansioso está sometido a un constante estrés psicológico crónico que, ante una situación de estrés agudo, desencadena el síndrome, aunque se tendrían que estudiar las alteraciones hormonales como por ejemplo las cargas de oxitocina que afectan igual que los cambios de serotonina y producen la predisposición a sufrir del trastorno.
Los mecanismos relacionados con el estrés que pueden promover la disfunción miocárdica incluyen la activación del eje hipotálamo-pituitario-adrenal y del sistema nervioso simpático, la disfunción serotoninérgica, la secreción de citocinas proinflamatorias y la activación de las plaquetas.
También se propuso que la presencia de factores psicosociales, como el antecedente familiar de depresión y ansiedad o el aislamiento social, desempeñan un papel importante en la aparición de esta enfermedad, evidentemente que el sometido a cargas muy intensas emocionales vana predisponer a las personas a sufrir el síndrome.
En este orden, el síndrome de Takotsubo es predominante en mujeres, uno de los temas más cuestionados en esta prevalencia es que las mujeres tienen predisposición a la alteración y fluctuación emocional en vista de que sufren de muchos más cambios hormonales que los hombres, aunque no es una prevalencia excluyente del sexo, pero la mayoría de casos se presentan en mujeres en estado de pre menopausia o menopausia instalada.
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Autor: I.S. con información de Muy Interesante