El juego forma parte del proceso de aprendizaje de cada persona. Es la primera herramienta de socialización con los demás y facilita por tanto la interacción, es clave en la formación del individuo. Desde los inocentes juegos infantiles hasta la elaborada teoría de juegos, con aplicaciones políticas y económicas en la empresa, hay en toda actividad humana un componente lúdico que le diferencia del resto de las especies animales.
La diversión derivada de los juegos es un modo de aprendizaje en el que se implican las emociones. Por ello esa adquisición de conocimientos es más efectiva y permanente en el tiempo. Además, asocia la formación con valores positivos como la persistencia en el esfuerzo, la confianza en uno mismo y la recompensa. Del mismo modo, enseña que la repetición y el entrenamiento mejoran las habilidades.
Si, además, el juego se realiza en equipo, facilita que se adquiera confianza en el grupo, que se aprenda a delegar funciones en el caso de juego complejos y desarrolla la capacidad de gestionar equipos. La mayor implicación y motivación que genera el juego también forma parte de estrategias como el coaching educativo.
En contra de lo que se pueda pensar, aprender jugando no es algo reservado únicamente a niños en edad escolar. El juego no entiende de edades y es tan positivo a edades tempranas como a edades adultas. Su efectividad en el ámbito laboral es también patente.
La formación académica es muy sensible a los estudios que vinculan la diversión con un mayor aprendizaje, por eso en este texto vamos a diferenciar las capacidades que el juego desarrolla durante la formación. Después veremos cuál es la importancia del juego en el mercado laboral.
El juego y la educación
Las principales ventajas que procura el juego durante el periodo de formación son que:
– Desarrolla la creatividad y el ingenio.
– Aumenta la responsabilidad.
– Contribuye a crear hábitos de cooperación.
– Fomenta el espíritu de superación.
– Promueve la planificación y el desarrollo de estrategias para solventar problemas.
– Sirve para educar en unos valores de respeto y tolerancia, ya que obliga a cumplir unas reglas previamente establecidas.
– Mejora la interacción y favorece el pensamiento crítico.
El juego y el trabajo Las empresas han desarrollado en los últimos años la llamada planificación de juegos corporativos. Con ella se alivian tensiones generadas en el entorno habitual de trabajo, se logra la mejora de las relaciones entre compañeros en un contexto extralaboral y se consigue una interacción relajada entre empleados con puestos diferentes en la jerarquía de la empresa.
El desarrollo de aplicaciones de software ha facilitado que cada vez más empresas opten por este método para introducir nuevos conceptos y formación entre sus empleados. La obtención de logros suele ser un incentivo interesante para los trabajadores, que ven recompensado su esfuerzo al mismo tiempo que aprenden.
El peso de la negociación es fuerte en algunos sectores, por eso muchas compañías establecen juegos en diferentes situaciones (con ventaja, con desventaja y en igualdad de condiciones) para mejorar las habilidades de sus empleados en este campo. En este caso el juego tiene un papel clave como simulación de la realidad.
Algunas compañías fomentan la creación de equipos deportivos para participar en competiciones entre departamentos o entre empresas. Otras optan por dedicar un día a la convivencia, y en ella se realizan actividades lúdicas como la búsquedadel tesoro, en la que se trabaja por equipos. En estos dos casos el objetivo no es el aprendizaje ni la formación, sino la mejora de las relaciones entre los trabajadores.
Sin embargo en ocasiones, aprovechando la mayor receptividad, estas actividades lúdicas se completan con charlas, cursos o talleres que sirven para introducir novedades en el funcionamiento de la compañía.