El cáncer de mama puede afectar la estructura ósea, lo que facilitaría su propagación y por lo tanto, la metástasis. Estos datos los encontramos en un estudio realizado por Alison Gartland y Janine Erler en la Universidad de Sheffield.
La investigación reveló que los tumores llevan a cabo un proceso parecido a la fertilización, con el fin de poder instalarse en los huesos. Además, hay que tener en cuenta que cerca del 85% del cáncer de mama termina en el hueso. Cuando llega a este punto de expansión, es mucho más difícil de tratar.
El estudio realizado por Gartland y Erler se hizo público el 27 de mayo del presente año a través de la web Nature.com, poniendo de manifiesto que es posible proteger al hueso de la influencia del tumor para evitar que este logre esparcirse con éxito. Aproximadamente el 85% del cáncer de mama termina en el hueso. Las organizaciones de lucha contra el cáncer podrían ver esto como una buena noticia, ya que abre nuevos caminos. Se espera que las futuras investigaciones logren hallar el objetivo tan ansiado, el de frenar esta enfermedad letal.
¿Qué desgaste sufre la estructura ósea?
Estos investigadores descubrieron que los pacientes con cánceres secundarios presentaban altos niveles de LOX, una enzima producida por tumores y liberada, con posterioridad, al torrente sanguíneo.
Hay que mencionar que por norma general el hueso se rompe y reconstruye de manera constante. Sin embargo, los resultados de los experimentos y observaciones realizados en ratones, muestran lo contrario. La enzima afectada estaba interrumpiendo el proceso de recuperación natural del hueso, dejándole lesiones y huecos.
La forma hallada para bloquear la enzima LOX resultó ser a través del uso de medicinas, consiguiendo evitar que el cáncer creciera hacia otras partes del cuerpo.
La doctora Alison Gartland, especialista en biología de cáncer y del sistema óseo en la Universidad de Sheffield, le ha dicho a la prensa que esta investigación es un avance significativo para evitar la metástasis en el cáncer de mama. Gartland añade que las celulares cancerígenas del tumor primario solo se encargan de preparar el terreno para que la enfermedad pueda seguir creciendo. Por eso la enzima LOX cumple un papel tan importante en la expansión. A través de su acción la estructura del hueso cambia, para poder albergar la enfermedad.
Las pruebas en animales revelaron que el bifosfonato, medicina usada para la osteoporosis, puede prevenir la expansión del cáncer. Además, puede ayudar al hueso en sus labores de recuperación con el fin de evitar lesiones y grietas, volviéndolo más fuerte. La medicina ya se ha entregado a varios pacientes, pero los investigadores de Sheffield consideran que puede llegar a tener un impacto aún mayor.
El efecto de la enzima LOX fue descubierto en pacientes con cáncer de mama de estrógeno negativo. Esta hormona solo se encuentra en el 30% de los casos, pero debemos tener en cuenta y no olvidar, que es el factor más letal de esta enfermedad.
Las ventajas que trae consigo este estudio son múltiples. Desde hace un tiempo se proponía un tratamiento basado en el bifosfonato y ahora, gracias a las recientes investigaciones, existen evidencias que demuestran la importancia de este medicamento en la lucha contra el cáncer. Además, una gran ventaja con la que cuenta esta iniciativa, es que evitaría las operaciones prematuras en las pacientes con los huesos debilitados por la enfermedad. Permitiéndoles, de esta forma, disfrutar de más tiempo con sus familias.
Por Aquiles Páez