Es cierto que hay gente que tiene por naturaleza unas dotes excepcionales para memorizar y albergar datos, pero a los que no nacimos Einstein nos toca “trabajar” esa capacidad. Porque, es cierto, la memoria se puede (se debe) entrenar y hacer que las facultades de retención de información sean más elásticas y a la vez más potentes, más musculosas.
En la memoria influyen muchos factores: físicos, psíquicos, intelectuales, ambientales, etc. Si sabemos eso y controlamos buena parte de estos aspectos, nuestro C.I. no será el de un superdotado pero sin duda agilizaremos las conexiones de nuestra mente con ese baíºl desordenado donde vamos echando todos los datos que leemos o que estudiamos.
En la fase de registro del dato, la primera vez que te enfrentas a la información que has de memorizar, es muy positiva la repetición. Efectivamente, el machacar la lección, el texto, la nomenclatura de un compuesto si estudias Química o Farmacia, el artículo de una ley, si quieres ser abogado. Pero no repitas nunca sin entender lo que estudias: el registro de la información sería totalmente hueco, no te serviría. Asegíºrate de comprender a la perfección lo que memorizas como un papagayo.
En la fase de retención de dato, comprobando si eres capaz de repetir lo que has leído, oído o estudiado sin mirar el papel o los apuntes, es muy importante la atención. Tus cinco sentidos (o seis, si eres medio arácnido como Spiderman) deben estar puestos en lo que haces. De nada sirve que repitas y repitas si estás distraído pensando en que si acabas pronto la lección vas a salir de copas con los amigos o ver el partido de fíºtbol que echan en la tele o darte un garbeo por la playa… Pon toda la carne en el asador, que ya tendrás tiempo de todo eso. Recuerda que la clave de la productividad es ahorrar tiempo estudiando para precisamente tener mucho tiempo libre para lo que nos hace más felices.
Y en la íºltima de las fases, la del recuerdo del dato, es preciso que hayas creado pistas que hagan que tu mente asocie el momento en que tengas que exponer la lección, o examinarte de lo estudiado en unos apuntes u oído en clase, con ese momento anterior: cuando leíste la lección, cuando estuviste ese día en clase…. ¿Y cómo se ha eso? Realmente, como seres humanos, nos movemos y actuamos por impresiones, asociaciamos recuerdos a determinados contextos, lugares, perfumes, etc. No me digas que no has oído nunca una míºsica e inmediatamente no te han venido a la cabeza cientos de recuerdos que nada tienen que ver con la situación en la que estás en ese momento. Una buena manera de crear esas pistas para recordar mejor es hacer asociaciones: lleva al examen el mismo bolígrafo con el que estudiaste, o la misma colonia con la fuíste a clase el día en que el profe dio la lección que te ha caído en la prueba.
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