Pon en forma tus ganas de estudiar

Verás que en nuestro blog te venimos dando desde hace ya muchos meses consejos para te pongas las pilas en esto de estudiar. Que si me apuras no es nada del otro mundo ni un drama insuperable. No, hombre, no. Queremos, a través de las técnicas de estudio de la Empollologí­a de los vagos y a través de nuestros pequeí±os consejillos de productividad, que las tareas de clase no te resulten un agobio y que las termines cuanto antes para poder luego disfrutar mucho de tu tiempo libre.

¿Qué “míºsculos” de la voluntad vamos a trabajar hoy? Es lo que te tienes que preguntar cada maí±ana al levantarte. Nuestro objetivo es estar delante de los apuntes o haciendo ese trabajo que nos han mandado el profe el menor tiempo posible. Esto se consigue si el tiempo que dedicas a esas tareas es realmente aprovechado, es decir, si estás plenamente concentrado en lo que haces. Pensar en las musaraí±as no es bueno ni para ellas, las musaraí±as.

Te vamos a proponer algunas acciones que pueden ayudarte a conseguir esa motivación para que tu estudio sea más fluido y no te distraigas tanto. Toma nota y elige las que creas que de verdad van contigo, las que van a hacer de ti un estudiante de éxito porque estás convencido de ello. Allá vamos:

Anota tus objetivos

No es lo mismo pensarlo que escribirlo. Los romanos decí­an que las palabras vuelan pero lo escrito permanece. Te animamos a que cojas papel y boli y anotes las razones por las que quieres ser productivo y cuáles son esas perezas o debilidades que quieres vencer. Cerca de tu mesa de estudio, por ejemplo, si tienes a mano un panel de corcho de esos que se pegan a la pared, ten siempre a mano esa nota con tus objetivos. Si cuando te entre el ataque de vagancia y pereza al que nadie somos inmunes, tienes cerca las razones por las que estás “tirando hacia adelante” y sufriendo, no dudamos de que vas a luchar hasta conseguirlos.

Estos objetivos que anotaremos en el papel es muy recomendable que sean objetivos inmediatos, del tipo “quiero que estar sentado de los apuntes durante 2 horas no me supere“, pero también puedes anotar cosas motivadoras que esperas conseguir a largo plazo y de las cuáles estudiar sea el medio para lograrlas, por ejemplo, “quiero ser médico especialista en cardiologí­a” o “quiero obtener una beca Erasmus para estudiar un aí±o en el extranjero“.

Cuida tu forma fí­sica

Mens sana in corpore sano, otro latinajo. Para que tu cabeza piense mejor, tu cuerpo debe estar bien. Una hora de ejercicio ligero, de salir a caminar, de trotar un poco o hacer cualquier actividad aeróbica, despejará tu mente tanto como un buen reseteo del PC. Es milagroso, ¡pruébalo! Renovará tus fuerzas para estudiar y mejorará tu concentración delante de los apuntes.

Un buen horario

Las tareas más duras del estudio hay que realizarlas cuando nuestro nivel de energí­as está más alto. Ese nivel, dicen los expertos, se consigue a primera hora de la maí±ana. Entiéndase la expresión “primera hora de la maí±ana” cuando nos hemos despertado después de una noche plácida de 7 u 8 horas de sueí±o. Si has estado brincando de madrugada en una discoteca, pues ¡apaga y vámonos!, tu “primera hora de la maí±ana” será la hora de la siesta, etc. Pero, en general, lo mejor es que montes tíº mismo la jerarquí­a de tareas en función de lo que tengas que estudiar y cómo te encuentres ese dí­a: puedes empezar por lo fácil y cuando ya “hayas calentado” seguir con las asignaturas o los temas más difí­ciles. Sé flexible en este tema :)

Descansos frecuentes

Lo hemos advertido más de una vez. Las “pechadas” o “machotadas” a estudiar no son buenas para nada y para nadie. Bueno sí­, para que aparezca antes la fatiga. Es fundamental intercalar breves pausas de algunos minutos entre sesión y sesión de estudio. Hay a quien le bastan 5 minutos en una sesión de una hora, pero, mientras no estés en época de exámenes finales, donde el tiempo apremia más, puedes elevar ese tiempo de descanso un poquito más, pero no tanto que luego pierdas el hilo de por donde ibas, ¿eh?

Planifica

Planificar, sentarse a establecer un esquema de cómo están las cosas y qué vamos a hacer para realizarlas o mejorarlas, es un ejercicio que, a cambio de muy poco tiempo de reflexión y paciencia, nos puede ahorrar luego mucho tiempo de sufrimiento, descontrol y desesperación. No hay nada mejor que saber qué se tiene por delante, cuál es el camino a recorrer y qué dificultades te vas a encontrar en tu vida como estudiante durante el próximo curso. ¿Cuáles son las fechas clave? ¿Cuándo es el examen más difí­cil? ¿Qué estrategia es la adecuada para estudiar 100 folios en 25 dí­as? A todo eso se le llama programar, calendarizar, en definitiva, organizar tu vida, tus estudios, etc.

Poco a poco, aquí­ en el Blog,   te iremos dando más y más pautas para que mejores y rindas más, por menos (tiempo). Mientras tanto una buena lectura para ir sentando bases podrí­a ser nuestro libro “Empollologí­a para vagos“. A pesar del tí­tulo un poco humorí­stico, el libro contiene técnicas y maneras serias y contrastadas para mejorar en tu productividad como estudiante. Sus hojas se leen muy bien, es un libro de bolsillo y barato. Ya nos contarás ;-)

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