Supera el bloqueo mental del inicio de clases
“Demasiado relax para el cerebro”. Te lo decíamos este verano. Lee un poquito, un libro de aventuras siquiera, un comic que tenga letras entre las vií±etas, mueve las neuronas, activa ese intelecto, que se te va a oxidar con tanta fiesta en la playa y tanto maratón de series y películas…
Y no es por parecer que somos tu madre. En serio. Resulta que muchas veces el comienzo del curso no es gradual y desde el principio los profesores exigen un alto nivel de rendimiento, al que el tiempo de vacaciones no nos tenía nada, pero ¡nada de nada!, acostumbrados.
Los nií±os se adaptan enseguida a todo. Dos o tres lloros o algíºn pucherito por la vuelta al cole, pero ya está. A la semana ya todo es normal para ellos. Pero los más mayores cada vez tenemos más dificultades para engancharnos al ritmo normal de la clase, y más si el profesor de turno, como te decimos, aprieta el paso desde el principio
Con una adecuada estrategia puedes superar la situación de bloqueo y de mala receptividad de este regreso a las aulas. Por lo general es una época de cambio a la que tanto cuerpo como mente deben adaptarse. Y qué mejor en época de cambios que hacer unos pocos cambios en tu vida, romper rutinas e imponerte nuevas formas de pensar. A ver si te valen estas propuestas.
Nuevo entorno de trabajo
A mí me gustan las limpiezas de verano. Son simbólicas. En ellas tiro muchas cosas inservibles ya o que sé que no voy a usar. Igualmente hago esto con el sitio donde trabajo. Haciendo cambios en tu habitación te dará la sensación de que te libras de un espacio improductivo y que dejaba demasiado hueco a la procrastinación. Basta un cambio de habitación, o si no puedes, un simple cambio en los muebles, o en la orientación de los mismos. Cualquier cosa que irrumpa en tu cuarto con un aire a nuevo, a que estás surgiendo de tus cenizas como el ave fénix… Todo esto fomenta la creatividad y el trabajo concentrado.
Limpia tu mesa de trabajo
Dejar atrás ese tiempo infértil de codos ante los apuntes sin tener ningíºn fruto en tu memoria, no es nada fácil. Hay que hacer pequeí±os actos litíºrgicos que nos den la sensación de cambio, de que ahora vamos en serio. Ordenar la mesa es una de esas liturgias imprescindibles al comienzo de todo curso. Pon fin a ese batiburrillo de cosas dispersas y a la mezcla abigarrada de objetos que distraen tu atención o te llaman con sus formas y vivos colores. Tu mesa de trabajo ha de ser minimalista. Tu puesto de control del estudio (vamos a darle un nombre pomposo a ver si así nos atrae más), ha de ser como la mesa de un escribano medieval, papel y tinta nada más, tus folios, el cuaderno para apuntar y el boli.
Disponte a dar lo mejor de ti
Motivación importantísima. Si no la hay, hay que encontrarla. Si tu cerebro sigue anclado aíºn en las vacaciones es porque no has encontrado en el curso ningíºn aliciente que te guste. Vale, de acuerdo, no te tienen por qué gustar las clases, a no ser que hayas sido tíº quien ha elegido la carrera u optado por las asignaturas. Si estás en este íºltimo caso deberías plantear cambiar lo antes posible el rumbo de tus estudios. Pero si no puedes elegir, como decía aquél, ¿para qué preocuparte? Acepta lo que venga con buen ánimo y busca un objetivo retador, que te motive a tener éxito, por ejemplo para poder viajar el verano que viene sin que te quede ninguna pendiente.
Busca la inspiración en los actos más sencillos
Leíamos hace poco que un creativo norteamericano rompía el síndrome del folio en blanco poniéndose a barrer. Cogía la escoba y daba unas pasadas a esta u otra habitación de su casa, hasta que llegaba alguna idea. No vamos a pedirte que des escobazos a diestro y siniestro hasta que dejes la casa como los chorros del oro buscando el momentum en que te vengan las casas de estudiar. En algunos casos, esperando ese instante, podrías barrer tu casa, la del vecino y todo el edificio sin que notases esa llegada casi espiritual de la inspiración. Pero sí, quédate con lo importante. Desconecta un momento, haz algo físico y completamente distinto, y encontrarás esos primeros párrafos del trabajo que tienes que entregar, o vendrá a tu mente el esquema de la lección que no te acaba de entrar.
Permanece, resiste, aguanta
Si antes te decíamos que desconectases cuando ves que no hay manera, no es que te diéramos un cheque en blanco para levantarte de tu centro de mandos del estudio, de tu mesa de trabajo, cada dos por tres. Ahora a la nevera, ahora al balcón, ahora un paseíto por la calle… No, no. A veces el momento dulce del estudio se resiste a salir de su madriguera, pero resistiendo un poco más en el estudio la cosa sale adelante: una vuelta más a esos apuntes, una lectura más detenida, casi palabra por palabra, etc. Son pequeí±os actos heróicos, porque cuestan mucho, pero digamos que tu voluntad de estudio se va forjando, se va haciendo y fortaleciendo, y estará lista para aguantar cargas mayores de trabajo a lo largo del curso.
¿Cuáles son tus pautas de estudio estos primeros días? ¿Utilizas algíºn método gradual o eres de lo que lo dejas pasar todo hasta el día antes del examen? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios ;)
wuauuuu
ni loca :S