¿Cómo hacer ejercicio y que te deje descansar por la noche?
Hacer ejercicio a lo largo del día favorece el descanso, pero no es tan buena idea hacerlo antes de ir a la cama
Una de las recomendaciones más comunes para combatir el insomnio es realizar algo de ejercicio físico durante el día. Sin embargo, también se sabe que si la práctica del deporte intenso se hace justo antes de dormir, también puede llegar a alterar nuestro sueño.
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Un nuevo metaanálisis que se publicó en Sleep Medicine Reviews revisó los datos de 15 artículos que estudiaron el efecto de una única sesión de ejercicio intenso antes de acostarse en adultos sanos jóvenes y de mediana edad.
Y, aunque no hay dos organismos iguales, los investigadores encontraron que la combinación de factores interactuaría para mejorar o modular los efectos del ejercicio sobre el sueño.
“Cuando revisamos la literatura sobre este trabajo, encontramos que había muchos resultados mixtos”, dice Melodee Mograss, neuropsicóloga cognitiva e investigadora del PERFORM Sleep Lab.
“Algunos dependían del momento del ejercicio, otros del nivel de condición física de los participantes de un estudio o incluso del tipo de ejercicio“.
El tiempo es casi todo
Los investigadores combinaron datos de los 15 estudios y realizaron un análisis estadístico que examinó variables como el momento del ejercicio (temprano en la noche o al final de la misma), y las horas entre el cese de la rutina y la hora de acostarse (menos de dos horas, alrededor de dos horas, de dos a cuatro horas).
Las variables adicionales incluyeron el nivel de condición física de los participantes (sedentarios o físicamente activos), el umbral de intensidad y la duración de los ejercicios. También analizaron cómo determinados tipos de ejercicio influían en el sueño.
“En general, nuestro análisis mostró que cuando el ejercicio terminaba dos horas antes de acostarse, había beneficios para dormir, incluida la promoción del inicio del sueño y una mayor duración del sueño”, explica el autor principal del estudio Emmanuel Frimpong.
“Por otro lado, cuando el ejercicio terminó menos de dos horas antes de acostarse, el sueño se vio afectado negativamente. Los participantes tardaron más en conciliar el sueño y la duración del sueño disminuyó”.
Un análisis más detallado dejó estos resultados:
El ejercicio de alta intensidad realizado a media tarde promovió el inicio del sueño y mejoró la duración del mismo, especialmente cuando lo realizan personas sedentarias.
Se encontró que los ejercicios de ciclismo benefician más a los participantes en términos de inicio y sueño profundo.
Sin embargo, las rutinas de alta intensidad, independientemente del tiempo, contribuyeron a una ligera disminución en la etapa del sueño de movimientos oculares rápidos (REM), la etapa del sueño que se asocia comúnmente con las experiencias de los sueños. Esto podría afectar negativamente las tareas cognitivas si la información es compleja y estimulante, pero no si la información es fácil o neutral.
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Autor: I.S. con información de Muy Interesante
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