La ciencia te cuenta: las peores formas de morir

Si alguna vez te lo llegaste a preguntar, aquí te damos la respuesta

La muerte por defecto es inoportuna. La mayoría de las muertes provocadas por el mundo natural suelen ser relativamente sin incidentes, aunque la naturaleza suele ser muy cruel y espectacularmente espantosa a veces, lo que le dejó a la ciencia la tarea de investigar las peores formas de morir, paso a paso.





Si algunas de las muertes que has visto en el cine te han hecho preguntarte: ¿Qué se sentirá estar en una situación así? Bueno, tal vez aquí te demos esa respuesta que estabas buscando. Advertencia: Si eres de estómago sensible, mejor te recomendamos que conozcas un poco más sobre la reproducción, los elementos de la comunicación o que explores la cultura mexica con nosotros.

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Quedarse atrapado en un elevador que cae

Si no tienes la prevención de acostarse boca arriba para mitigar el impacto y aún estar de pie al momento del impacto del elevador al tocar el suelo, los órganos internos pueden intentar mantenerse en movimiento, a pesar de que el resto del cuerpo no. Los órganos pueden salirse de la parte inferior del cuerpo y las extremidades podrían romperse tras el impacto. Sin embargo, si la caída no destruye el cerebro, una persona podría sobrevivir el tiempo suficiente para ver como se abren sus entrañas.

Desollamiento

Este ha sido uno de los métodos de ejecución más brutales de la historia y, según la ciencia, una de las peores formas de morir.

Existen registros de esta práctica desde el Imperio Neo-Asirio (comenzando en el 911 a.C.), pero ha estado presente en la mayoría de las civilizaciones en un momento u otro. Se ocuparon diferentes técnicas, pero la base es la misma: hacerlo lentamente, cortando la piel del cuerpo de manera insoportable mientras se mantiene viva a la víctima el mayor tiempo posible.

La muerte normalmente vendría como resultado de una pérdida de sangre masiva y un shock, pero en algunos casos, cuando el desollador ya era experto, la víctima podría mantenerse en un estado de agonía perpetua durante varios días antes de sucumbir finalmente a las heridas infectadas.

Muerte por flujo piroclástico

Esta viaja a una velocidad promedio de 80 kilómetros por hora, es una mezcla de gases, ampollas de lava y escombros que puede alcanzar temperaturas de hasta 1,000°C y aniquilaría sin problema cualquier cosa que se encontrara en su camino.

Es fácil recodar Pompeya y Herculano y la catástrofe del Vesubio del año 79 a.C., estas corrientes explotaron a través de los techos y en las calles, por lo que frieron rápidamente a cualquiera que se viera envuelto en ese camino. Las víctimas murieron por un choque término extremo, congelándolas en una pose de boxeo, un “rigor mortis instantáneo” cuando sus músculos se contrajeron repentinamente. Los pocos sobrevivientes a la aniquilación térmica, probablemente se asfixiaron con el gas volcánico tóxico y las cenizas.

Morir por privación de sueño

No es algo común morir por mantenerte despierto por mucho tiempo, pero es posible. Sucede que la presión sanguínea aumenta, el estado de ánimo cambia y la confusión nubla la mente. En ese punto, se experimentan delirios, incluidas alucinaciones vívidas.

El cuerpo puede tratar de obligar a la víctima a dormir para salvarlo, pero si de alguna manera nos mantenemos despiertos durante 11 días o más, nuestros órganos sucumbirán, el sistema inmune se verá comprometido y moriremos.

Lo peor es que la falta de sueño nos hace menos tolerantes al dolor, así que a medida de que el cuerpo muere, dolerá mucho más.

Morir de hambre

El cuerpo almacena grasas cuando comes, pero cuando mueres de hambre, tu cuerpo se alimentará forzosamente de la grasa. Y cuando esta se acabe, tu cuerpo comenzará a comerse los músculos. Gradualmente se debilitará, hasta las fallas del sistema inmunológico, por lo que enfermarás por diferentes vías.

Cuando los músculos se agotan, los órganos vitales se desintegran por completo desde dentro. Además, sin alimento, el cuerpo comienza a descomponer el corazón. Si se sigue vivo en este punto, la muerte llegará con un paro cardíaco.

Esas son algunas de las peores formas de morir, aunque aún nos quedaron varias por explorar, así que les prometemos hacer una segunda parte sobre este mismo tema próximamente.

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Autor: I.S.

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