Mitos sobre los videojuegos

Los videojuegos violentos y de acción son los que más triunfan, ¿es cierto que nos vuelven más agresivos?, ¿Nos quitan el sueño?

Los videojuegos están en el centro de muchas polémicas, ya que se trata de un elemento más importante para la sociedad de lo que se pueda llegar a pensar. Para comenzar, es la industria de ocio más grande del planeta, que ya supera en varios países a la suma económica de toda la industria audiovisual y la música juntas.





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Tomando en cuenta que algunos datos apuntan a que más de la mitad de la población juega videojuegos al menos dos o tres veces por semana, la situación se hace preocupante, sobre todo, cuando leemos afirmaciones como que nos vuelven violentos, dificultan el sueño, potencian estereotipos tóxicos, etc.

¿Qué dice la comunidad científica al respecto?

A día de hoy, algunos estudios afirman que los videojuegos violentos podrían aumentar la agresividad de los jugadores. Sin embargo, hay algo curioso en estas investigaciones, ya que, conforme nos acercamos al presente, disminuye el número de publicaciones que defienden esta asociación y crece los que presentan evidencias en su contra.

Uno de los puntos que centran las críticas de las nuevas publicaciones es el modelo teórico conocido como modelo general de la agresión (GAM, por sus siglas en inglés).

En resumen, este asume que la exposición repetitiva a contenido violento hace que, de alguna forma, esta conducta permee en los cerebros de los espectadores, haciendo que sea más probable que posteriormente tengan ideas o pensamientos violentos, lo cual en teoría incrementaría las posibilidades de desarrollar comportamientos similares. No obstante, esta es una idea que muchos laboratorios neurocientíficos están empezando a rebatir.

Un ejemplo de esto sería un artículo publicado en 2018 en Molecular Pschiatry, la investigadora Simone Kühn, del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano (Alemania), dirigió una revisión objetiva de los datos sobre el GAM.

Sus conclusiones apuntan que los efectos que un videojuego violento podría tener sobre la agresividad se limitarían a plazos de tiempo muy cortos, aproximadamente 5 minutos, lo que hace muy dudoso que pueda haber una consecuencia a largo plazo que genere un cambio de conducta en los jugadores.

El estudio comparaba tres grupos de personasjugadores de Grand Theft Auto V –con contenido violento–,de The Sims 3 –videojuego sin violencia– y personas que no jugaban a los videojuegos. Sus resultados: no encontraron cambios en comportamientos violentos en ninguno de los grupos, pese a que los participantes jugaron durante dos meses.

Han obtenido resultados similares en otros estudios, como en uno publicado por las universidades de Oxford y Cardiff en 2019, donde no hallaron ninguna asociación entre que los adolescentes jugarán más o menos tiempo a títulos violentos y el desarrollo se comportamientos agresivos.

¿Nos hacen insensibles?

Otro de los grandes temas es que produzcan una insensibilización a la violencia. Es un tema bastante estudiado, sobre todo cuando se habla de la exposición a ambientes de maltrato, especialmente a edades tempranas, lo que puede derivar a que las personas desarrollen una menor respuesta emocional al presenciar acciones similares.

Hay elementos especiales en este fenómeno. El primero es que ser menos sensible no provoca un comportamiento violento como tal, ya que reducen las respuestas emocionales, pero no aumenta directamente la agresividad.

El segundo es que, cuando se ha demostrado con seguridad que un contexto violento puede derivar en insensibilización a la violencia, ha sido con situaciones reales de gran exposición, como puede ser vivir maltrato físico en la infancia, criarse durante un conflicto armado, barrios marginales con muchos conflictos callejeros, etc.

Aunque existen los estudios que hablan de la insensibilización, también hay otros que lo niegan, incluyendo algunos recientes que utilizaron técnicas como la resonancia magnética funcional, esta permite ver si se han producido cambios en las estructuras cerebrales asociadas con la violencia.

En la actualidad, la opinión general es que durante años ha habido un sesgo negativo hacia los videojuegos en este tipo de estudios sobre la violencia, y la mayoría de los trabajos neurocientíficos más modernos están descartando que haya relación entre el contenido del videojuego y el desarrollo de comportamientos afines.

¿Quita el sueño?

Existen estudios complejos en los que meten todas las distracciones electrónicas en el mismo saco, desde las redes sociales, el uso continuo de la computadora y los videojuegos. Todas esas investigaciones coinciden en que suele causar un impacto negativo que se traduce en menos horas de sueño, además de tener un descanso menos reparador.

Los análisis indican que realizar actividades enérgicas que provoquen mucha respuesta fisiológica, como hacer deporte incluso cerca de la hora de la acostarse, es negativo ya que provoca una activación biológica justo cuando nuestros ritmos corporales están preparados para dormir.

También está el hecho de que las pantallas digitales emiten luz azul, la cual es especialmente importante para regular nuestros ciclos de sueño, ya que inhibe la melatonina. A más exposición a esta luz cerca de la hora de sueño, más probable es que nos cueste dormir.

Gracias a estos estudios, sabemos que conforme aumenta la popularidad de este tipo de actividades, más importante es el desmentir los mitos que los rodean.

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Autor: I.S. con información de Muy Interesante

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