Vigila las distracciones cuando estudies

Sabéis que, a pesar de nuestro nombre de vagos,   nos hemos empeí±ado en hacer de ti un estudiante productivo, que es aquel que rinde más en menos tiempo de estudio, precisamente para así­ tener más tiempo libre para sus hobbies, aficiones o, si prefieres, llámalos vicios. Pues bien, uno de los agentes más devoradores de la productividad de un estudiante es la procrastinación. No es una enfermedad ni un raro nombre yugoslavo, pero está cerca y siempre nos ronda.





La procrastinación es eso que nos invade cuando tíº y yo no tenemos ninguna gana de hacer lo que tenemos que hacer, nuestra tarea, dejando que las distracciones más superfluas se apoderen de nuestro tiempo, que acabará irremediablemente siendo malgastado, si no nos decidimos a poner remedio. La sensación que nos queda después de que hemos procrastinado es la de que nos hubieran hecho una jugarreta del quince, pues no nos queda otra que volver a hacer aquello que no hicimos en su debido tiempo por habernos distraí­do o por haber ganduleado, como dirí­an tus padres. Una sensación de “eterno retorno” a tus tareas. A veces la procrastinación nos merodea no desde el bosque de la distracción sino simplemente desde nuestra pereza contumaz o una exagerada inapetencia por el estudio.

Leí­amos hace unos pocos dí­as un artí­culo de Diego Mestre que nos hací­a pensar en las causas más comunes de la procrastinación y, conociendo dichas, causas, en algunos métodos para mitigar esas ganas de postergar las tareas que podrí­an llevar a una acumulación excesiva de deberes y, por tanto, a la sobrecarga.

Creemos que en un estudiante es fundamental la confluencia de los factores “rutina“, “cansancio” e “indecisión” ya que, salvo afortunadas circunstancias, estudiar es una tarea que supone un esfuerzo continuo, muchas veces repetitivo (la repetición es aburrida), y una falta de firmeza en la voluntad para determinar que el momento para hacer la tarea debe ser uno determinado y no otro posterior.

En el curso de tu tiempo de estudio será fundamental que inicies las tareas más complicadas cuando estás más descansado. Piensa que el simple transcurso del tiempo del dí­a hace merma en tus energí­as y también en tu productividad personal y como estudiante. Empieza por lo más difí­cil, tu concentración será mayor, y sigue por lo fácil.

Mantente alejado de distracciones que afecten directamente a tu tarea principal. Si en tus apuntes ya está toda la información que necesitas, porque ya has recopilado todos los datos necesarios previamente, no es necesario que tengas las alertas de tu móvil, las notificaciones de las redes sociales en tu ordenador o los chats activados continuamente. Lo mismo decir de la tele, que suele ser una ventana por la que se fuga tu tiempo de forma veloz e imparable.

Márcate hitos dentro de la tarea. Primero para combatir el cansancio y segundo para autoconvencerte de que logrando esos pequeí±os hitos también conseguirás cumplir con toda la tarea a tiempo. Te sentirás también más responsable de lo que estás haciendo si ves el éxito más cerca.

Tíº llevas dentro un pequeí±o “policí­a” que sabe identificar el peligro de la procrastinación y cómo reducirlo. Así­ que “ponte el uniforme” y termina tus tareas para disfrutar más tu tiempo libre o tus vacaciones.

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1 comentario

  1. Nieves Carballal Díaz dice

    Visitare, vuestra pagina de vez en cuando, creo que necesito mucha información y consejos para conseguir que mi hijo se centre y emplee un poco de tiempo diario, para mejorar en sus habitos de estudio, ha pasado a 5º curso de primaria por los pelos, tiene que repasar todos los contenidos y no soy capaz de hacerle entender, que un par de horas al dia por la mañana seria suficiente, pero no hace ni caso, es como si fuera un castigo.
     

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