Cómo sobrellevar los estudios en verano

Por diversas circunstancias puede que te esté tocando “apechugar” durante el verano y pasar lánguidas horas de calor y aburrimiento en tu habitación, ante un pilón de libros. Sólo de pensarlo se me caen todos los palos del sombrajo. Si para eso nos decí­an nuestros padres que estudiásemos durante el resto del aí±o…





No obstante, vamos a intentar darle un vuelco a esta situación. Si tienes un mí­nimo de convicción, un pelí­n de fuerza de voluntad y sigues unos consejillos de organización que te vamos a dar, este panorama tan siniestro puede transformarse en una situación provechosa donde puedas compaginar estudio y ocio, y tus resultados académicos mejoren de cara a septiembre. ¡Ojo! No te estamos prometiendo que puedas pasar el verano en las Bahamas. Será duro igualmente, pero más tolerable. Ya sabes que a nosotros nos gusta eso que ahora está tan de moda por la blogosfera y que llaman productividad. Lo cual, para que todos nos entendamos, significa “ahorra esfuerzo y mejora rendimiento”. ¿Se puede? Vamos a intentarlo. Estos son nuestras “perlitas” de productividad para que sobrelleves tus estudios en verano. Por supuesto, nos acordamos de nuestros amigos en la zona austral de Sudamérica y este post deberí­a titularse “cómo sobrellevar los estudios en las vacaciones de invierno” (Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Períº, etc). Valga igualmente para ellos:

En primer lugar, al inicio del verano, haz un pequeí±o balance de lo que ha sido el curso que has pasado

Trata de identificar dónde han estado los fallos que te han llevado a esta sentado en tu escritorio hasta septiembre. Es muy importante que este balance sea una reflexión serena, no manchada por el remordimiento, ni los nervios, ni las culpas: se trata de mirar hacia delante y de organizar el tiempo que nos queda hasta septiembre. Si tienes identificada la falla, es preciso trabajar sobre ella durante las vacaciones.

P. ej. Si sabes que lo que te arruinó tal examen oral en junio fue tu incapacidad para expresarte, habrá que reforzar habilidades oratorias, hacer lecturas en alto, practicar hablando ante alguien, etc.

En los primeros dí­as de las vacaciones es muy aconsejable organizarse, esto es, hacer un planning de lo que será tu actividad veraniega distribuí­da por dí­as

Cuando se hace un planeamiento de algo, la intención final y verdadera es que se cumpla, es decir, al establecer el calendario de tus estudios tienes que ser realista, preveer posibles interrupciones, o al menos anticiparlas para poder evitarlas o hacerles un hueco, y tienes que tener la mejor de las disposiciones para que tus planes, eso que escribes en un cuaderno a modo de agenda o calendario, se cumpla de hecho. Verás cómo te llevas una satisfacción doble. El ver cómo dí­a a dí­a vas cumpliendo agenda o tachando tareas realizadas de tu cuaderno te llenará de confianza. Hacer un planning por horas, ya desde el primer dí­a, podrí­a ser demasiado pretencioso y, si no lo vas cumpliendo (una hora cabalga sobre la siguiente, y así­ sucesivamente) podrí­as “hundirte”. Luego, planea por dí­as.

Cambia de escenario en verano

Es cierto que en otras épocas del aí±o conviene aislarse de todo estí­mulo exterior que nos distraiga de nuestra ocupación de empollar, pero en el verano la soledad del estudio es más difí­cil de llevar. Te aconsejamos que busques una biblioteca luminosa, con ambiente tranquilo, pero donde no te sientas tan en soledad como en tu casa. Esto puede mitigar bastante tu sensación de agobio y además te obliga a llevar un horario, una organización, te mantiene activo/a.

Si necesitas apoyo, bíºscalo

Si al identificar tus fallos durante el curso, estos no se deben exclusivamente a que no te sentaste a estudiar nada, sino que necesitas explicaciones extra, haz por conseguirlas. Muchos alumnos de todo el mundo recurren durante la época estival a academias y cursos especiales de apoyo para reforzar conocimientos o habilidades allí­ donde hacen falta. Da igual cuál sea la materia: latí­n, inglés, matemáticas, estadí­stica, oratoria, etc, etc, siempre habrá alguna academia o seminario o curso para mejorar esos aspectos. En tu propio centro de estudios, los servicios de orientación o los propios profesores te pueden poner al corriente de diversos programas de mejora.

Empieza por lo fácil, al menos los primeros dí­as

Por lo que hemos dicho más atrás. Te llenará de confiaza comprobar que vas realizando planes y cumpliendo tareas. A medida que avance el verano tendrás más energí­a mental para afrontar las tareas más pesadas o las que exigen más concentración, por lo que podrás ir combinado cosas difí­ciles y cosas fáciles. Cuando llegues a ese nivel, estarí­a muy bien, por ejemplo empezar a primera hora de la maí±ana (que es cuando más energí­a se tiene) con lo más pesado, y a medida que avanza el dí­a (y las fuerzas y la concentración va menguando) dedicarte a las tareas más sencillas.

Cuida tu estado fí­sico

Tu cabeza, que es la que tiene que rendir en los estudios, está inevitablemente unida a una cosa que se llama cuerpo y depende de él en todo, lo mires por donde lo mires. Si has elaborado bien tu planning de estudios, tienen que quedar horas en el dí­a para practicar un poquito de deporte o de actividad fí­sica: correr al atardecer, un rato de natación, o simplemente caminar una hora con una buena míºsica en tu iPod o en tu móvil, no sólo te ayudarán de energí­a, sino que te aliviarán del estrés y de la ansiedad que el propio estudio genera. No prescindas del deporte ni aun cuando más se aproximen los exámenes de septiembre: el tiempo en deporte siempre está bien invertido.

Además del deporte es fundamental que cuides tu alimentación. El calor propio de la época podrí­a hacer que ciertas comidas te provoquen sopor o pesadez. Abunda en comidas ligeras: ensaladas de hortalizas frescas o de pasta frí­a (también arroz); ensaimadas de frutas, carnes o pescados a la plancha, con poca sal…. Y abusa de lí­quidos, toda clase de lí­quidos hidratantes (evita café, té y alcohol, que deshidratan).

Por íºltimo, cuida el tiempo de descanso como un tesoro. No hay nada que reponga más energí­as que dormir al menos entre 7 y 8 horas. Los empachos a estudiar no son nada buenos, así­ que, durante tu actividad diaria de estudio, conviene que hagas un parón de 5 minutos cada hora, o, si te encuentras con mucha fuerza, de 10 minutos cada 2 horas.

Si tu estrategia de estudios para el verano está equivocada, rectifica

Siempre, siempre se está a tiempo. Junto a la planificación inicial de tu actividad de estudios para el verano, deberí­as hacer una revisión semanal, o al menos quincenal, donde evaluases cómo llevas el calendario que te marcaste y cuánto tiempo te queda para los exámenes, ¿has mejorado algo en lo que al principio era tu falla?, ¿sigues igual? Reserva un ratito cada cierto tiempo para preguntarte ¿que tal voy? y responderte con sinceridad. Si algo no va como pensabas que irí­a, cambialo sin dudarlo y reajusta la planificación.

Evita las distracciones

Es muy posible que recibas míºltiples tentaciones durante el verano para que dejes de estudiar: el Mundial de Fíºtbol, las llamadas de tus amigos conminándote a salir con ellos de marcha, etc, te puedes imaginar muchas de ellas… Es importante que sepas contestar a ellas con cierta firmeza diciéndote que, efectivamente, el plan que te has creado es para cumplirlo y que, cuando todo esto acabe, podrás disfrutar de todo eso plenamente.

Por tanto, paciencia y… tesón.   Ya nos contarás qué tal ;-)

(Imagen del checklist de tareas, publicada bajo licencia Creative Commons en el Flickr de ^Sandra^)

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