En Rincón del Vago queremos que temples tus nervios ante la llegada del mes crítico en la vida de los estudiantes, donde muchas veces todo el curso se sigue jugando a la íºnica carta de una prueba de aptitud que, increíblemente, sigue certificando la adquisición de conocimientos. Sí, sabemos que es injusto y trasnochado y que hay formas mejores de probar lo que uno sabe o no de un tema, pero ahora no te hablaremos de ello. Vamos a proponeros unos consejos, o más bien unas pautas, que inspiren lo que deben ser los íºltimos días de la preparación de tus exámenes, con el fin de que salgas de ellos triunfante o, como mínimo, con la sensación de quitarte un peso de encima.
Consejos a una semana del examen
Lo más urgente a una semana del examen es hacer el repaso. Teóricamente tendría que ser el íºltimo repaso, pero nosotros sólo vamos a llamarlo “repaso a secas“, porque puede que sea la primera vez que hayas visto estos apuntes en tu vida. Puede incluso que alguien te los acabe de pasar y no hayas asistido a clase. En estos casos, y no es por deprimirte, la carretera hacia el suspenso se convierte en una autopista de cuatro carriles, pero aíºn podemos dar un volantazo certero a la situación para incorporarte al sentido contrario y aumentar posibilidades de aprobar. Repasar es una táctica ganadora y nosotros te contamos sus secretos
En caso de que los apuntes nos suenen a chino porque nos los acaba de proporcionar nuestro vecino de pupitre, ten a bien hacer una previsión de las preguntas que te pueden caer de manera más probable. En algunos lugares a esto se le llama quiniela, porque es un pronóstico y un juego de azar, porque te la juegas, intentando adivinar cuáles serán las preguntas del examen en vez de si el Barcelona ganará en casa del Atlético de Madrid.
¿Pistas para confeccionar una buena quiniela de tu examen? Preguntas de examen que han tocado en aí±os anteriores, temas que el profe ha tratado en clase con más intensidad o ha dedicado más días en su explicación, anotaciones en la pizarra, etc.
Si tu planificación ha sido correcta y terminas todos los repasos a tiempo, quizá puedas aprovechar el tiempo restante proponerte simulacros del examen. De esta manera evaluarás tu estado de preparación de cara a la prueba real. No vale hacer trampas ni mirar los apuntes durante ese “simulacroâ€: debes intentar que las condiciones sean las más cercanas a las del examen, aunque sepas interiormente que en el simulacro no te vas a “quemar†realmente. Después corrige tus deficiencias repasando nuevamente la parte donde hayas estado peor.
No dediques todo tu tiempo al estudio. Queremos decir que no caigas en la “apuntitis agudaâ€, también conocida como “empacho grave de apuntesâ€. Has de combinar el tiempo de estudio con el de descanso y aprovechar éste para hacer algo de ejercicio y practicar alguna técnica de relajación, si notas que los nervios empiezan a ser una parte indivisible de ti.
Todo lo que te hemos contado es más difícil de sostener cuando hay acumulación de exámenes diferentes en los mismos días o, incluso en la misma jornada. Procura, si es el caso, que las pausas de estudio entre una asignatura y otra estén bien marcadas y nunca abandones el estudio de un tema sin un rapidísimo repaso mental sobre lo que acabas de ver. De esta manera no mezclarás conceptos.
A un día del examen
Cuando el examen ya no es otro día que maí±ana mismo es obvio que poco puedes arreglar. Así que si el problema se puede arreglar, ya se arreglará; y si no se puede arreglar, ¿para qué te vas a preocupar?
En serio. El día previo al examen sólo tienes dos instrucciones que cumplir a rajatabla, cual robot. La primera es no tocar los apuntes y descansar relajadamente, especialmente no renuncies nunca a dormir al menos 7 horas. La otra es que prepares la logística del examen, es decir, el material que necesites para hacerlo y no tener problemas por esa vía.
¿Tienes alguna manía o superstición que ejercitas siempre los íºltimos días de cara al examen?