5 poderosas armas contra el aburrimiento en las clases

Lo sabemos. Hemos pasado por ello y te comprendemos bien. La rutina de las clases, la pesadez de las horas de estudio en tu casa, el ritmo trepidante que imponen los exámenes, las evaluaciones, las tareas, algíºn problemilla con este o aquel profesor… Todo suma y hace que a ciertas alturas del curso te sientas abatido, con muchas ganas de acabar, o al menos de unas vacaciones.

La sensación de no llegar a todo la padece hoy en dí­a el 99,9% de la gente que está activa. Es absolutamente normal.

Lo que no podemos permitirnos para nuestra productividad es que a ese cansancio de la rutina se le una un compaí±ero peligroso: el aburrimiento.

El aburrimiento esconde un problema de motivación que puede tener la entidad suficiente para que una brillante carrera escolar termine en fracaso. Hay incluso estudiantes que luego transportan ese aburrimiento a su futuro trabajo y, en fin, su vida se vuelve aburrida y gris.

Y claro, los vagos no deseamos eso para vosotros ¡ni en pelí­cula!

Por eso vamos a darte unos sencillos consejos para bloquear la aparición del aburrimiento en tu rutina como estudiante.

1) No te comas el coco

A veces a las cosas les damos más vueltas de las que se merecen y entonces acabamos un poco mareados o aturdidos. También más cansados. En ocasiones no queda otra que enfrentarse a tareas que no nos gustan, así­ que hay que tomarlas con buena filosofí­a. Como decí­a el sabio: “Si tiene remedio, ¿para qué te preocupas? Y si no tiene remedio, también ¿para qué te preocupas?” Libérate de preocupaciones y mantén un pensamiento optimista.

2) Sal, muévete, haz ejercicio

Básico, básico, básico. Es más difí­cil que el aburrimiento pueda con cuerpos fuertes y vitales. Elige tu disciplina favorita y practí­cala. No nos vale el levantamiento de botellí­n en barra de bar, ¡que aíºn no es deporte olí­mpico! ;-)

3) Haz cosas que te gusten

Eso de que tu faceta de estudiante y tu faceta personal sean compartimentos estancos no es cierto. La vida es un mix donde se mezclan sentimientos, tareas, obligaciones, dudas, etc y conviven en armoní­a (serena o tormentosa) en tu cabecita. Es muy importante que hagas cosas que te dispongan a la alegrí­a durante tu tiempo libre. Contagiarás optimismo a tu tiempo de estudio y sensaciones positivas para combatir el hastí­o. No solo el dolor se acumula en nuestra vida. También la alegrí­a crea sus reservas para momentos en que se precisa su energí­a.

4) Fomenta la creatividad

“Es que tíº no sabes lo aburrido que es lo que estudio” me dices. Excusa, excusa, excusa. Si ha gente que crea cosas maravillosas de la nada, ¿me vas a decir que no sabes cómo hacer un poco menos grises tus apuntes?, ¿que no sabes cómo personalizar un método de estudio para aprenderte un listado difí­cil? Imagina que eres el general de un ejército en dura batalla con tus tareas y abórdalas con creatividad, con ingenio. Engólfate y diviértete creando una técnica de estudio para materias que se te den especialmente mal, lee los libros en alto poniendo distintas voces, teatraliza tu aprendizaje o pí­ntalo. La imaginación del estudiante no tiene lí­mites. Compruébalo

5) Toma el control

Otro de los factores del aburrimiento es la falta de trabajo. Sí­, cumples los deberes asignados por el profesor, aprendes como un papagayo la lección para decirla maí±ana, vas a clase en los horarios oficiales… Te han marcado el camino y tíº lo sigues. Pero hay más. Uno que tiene que ser proactivo a la hora de encomendarse tareas a sí­ mismo y marcarse objetivos: ten claro que esto íºltimo no lo hace ni el profesor. Tíº eres el lí­der de tu vida, el que tiene que tomar el timón de tu barco para llevarlo al éxito. No lo pongas en automático. Pilota tíº. Créate calendarios, planifica, concierta citas con tu tutor para comentar temas dudosos, investiga, no te dejes llevar por la ola por cómoda que sea.

Nos encantarí­a que probases alguno de nuestros consejos y nos dijeras en comentarios qué tal te va con ellos. Por supuesto, si tienes los tuyos propios eres más que libre para compartir.