Esas tareas y otras cosas que los vagos dejamos para el verano
¿Quién de nosotros no ha pospuesto una tarea o un determinado quehacer para el verano? A lo largo del curso escolar nos parece que las vacaciones son la época propicia, entre descanso, juego, fiesta y viajes, para matar el tiempo sobrante con alguna de esas cosas que no tenían su hueco entonces. Postergamos (procrastinamos) propósitos y acciones que no tienen cabida mientras estamos estudiando bien porque son demasiado disruptivas (nos distraerían bastante), bien porque requieren de un esfuerzo que entonces, durante el curso, no nos podemos permitir, pues ya estamos hasta arriba de trabajo, o bien simplemente porque nos apetece hacerlas mejor durante el verano o porque nos parece (cada cuál con sus motivos) que no podemos hacerlas en otro tiempo.
Hay un método de gestión de tareas, llamado por sus siglas GTD, correspondientes a la expresión inglesa “getting things done“cuyo autor es David Allen. El método, que sirve para optimizar tiempos de trabajo y organizar las diferentes cosas que tenemos que hacer a diario en nuestras vidas, clasifica las tareas en diferentes niveles de atención requeridas por las mismas. Esos niveles de atención o carpetas en que ordenamoslas cosas pueden recibir diferentes nombres pero básicamente siempre hay una carpeta llamada “hoy” o similar, donde van las tareas a las que necesariamente te tienes que enfrentar en un futuro inmediato, hoy, maí±ana, muy pronto; también hay una carpeta llamada “siguiente” o similares que son las cosas pendientes de hacer, que en algíºn momento pasarán a engrosar la carpeta “hoy” pero que aíºn no son tan urgentes, que no importantes; y también suele haber una carpeta llamada “algíºn día” que son cosas que quieres hacer pero que en el momento actual no es posible.
Todos los estudiantes tenemos nuestra carpeta “algíºn día” llena de cosas, sigamos o no el método GTD. Proyectos, ilusiones, quehaceres, que vamos posponiendo para un futuro mejor porque no tienen cabida en nuestro estresado presente. Seguro que se te ocurren al menos 10 ó 12 cosas que has pospuesto para otro momento porque nunca sacas tiempo para hacerlas con calma o como te gustaría. A veces también se ponen cosas en la carpeta “algíºn día” que dependen de que en un futuro más halagí¼eí±o tengamos más dinero o fortuna. Esas, de momento, no vamos a tratarlas, ¿vale? ;-)
Nosotros te proponemos algunas de las cosas que caen al buzón “algíºn día” de la mayoría de estudiantes, por si pueden ayudar a rellenar esos huecos de aburrimiento que suele tener hasta el verano más movido y alucinante.
Aprender idiomas
Durante el curso te es difícil acudir una hora al día a la Escuela de Idiomas de tu ciudad o ponerte a seguir un curso online de inglés que merezca mucho la pena. El verano puede ser la época propicia para aprender inglés o para mejorar tu conocimiento de lengua francesa, o para hacer una incursión en idiomas algo más exóticos, como el chino o el ruso, pero a los que todo el mundo les augura una gran importancia en el plano laboral o económico. Si durante el estío (el invierno en nuestros queridos países australes) abre la escuela de idiomas de tu ciudad y puedes acceder a ella, no lo dudes. No obstante hay cursos por Internet realmente buenos, con multitud de material multimedia además de textos y vocabulario continuamente actualizado. Ni qué decir tiene que Internet ha favorecido el tema de intercambios de idioma hasta el delirio, de forma que puedes entablar conversación por míºltiples vías con personas de cualquier parte del mundo. Sólo hay que proponérselo y darle duro al Skype o a los recientes HangOuts de Google Plus.
Recoger el cuarto de estudios
Uno de los favores más grandes que puedes hacerte durante el verano es recoger, ordenar y limpiar ese abrevadero de patos al que llamas cuarto o habitación. Y más si es ahí donde pasas bastantes horas del curso estudiando. Al acabar el curso en tu cuarto quedan papeles, libros y otro material de estudio que ya no vas a necesitar en la siguiente temporada. Compra unos buenos archivadores, ordena los apuntes y guárdalos en un lugar fresco y seco, por si los vuelves a necesitar algíºn día. Todo el material que no vayas a necesitar más, ¡a la basura!, reciclando todo aquello que puedas. Y no te olvides de limpiar a fondo la mesa y los armarios, así como de renovar tu arsenal de bolígrafos, lápices, pinturas, etc. Procura sentirte como si te hubieran puesto un cuarto nuevo. Puedes hacerte incluso muebles nuevos, recurriendo al bricolaje 100% casero. Se afronta el curso que viene de otra manera, ya verás.
Limpiar el ordenador
Si antes nos referíamos a la limpieza del cuarto de estudios, no menos importante es aprovechar el parón del verano para dedicarle tiempo al ordenador. No nos referimos a que pases un trapo por la caja del ordenador, monitor, teclado y ratón (aunque, ya puestos, no estaría nada mal), sino a una limpieza más a fondo e interna. Las vacaciones pueden ser el momento ideal para liberar de peso a nuestro pc, mac o linux y archivar fotos, organizar por carpetas miles de archivos que hemos ido bajando, guardar nuestros documentos de clase en un disco duro (para “por si”), o bien en el mejor disco virtual en la nube, sin que se nos pueda olvidar también enviarlos al Rincón del Vago si queremos ayudar a otros estudiantes necesitados. Es tiempo para dedicarlo a la seguridad de nuestro equipo informático, instalando o actualizando el programa antivirus, cambiando claves de acceso a servicios de Internet, borrando archivos temporales y otros elementos iníºtiles o potencialmente peligrosos. Puedes seguir todos los consejos que nuestros amigos de OSI dan en el blog que tienen en Rincón del Vago. Una puesta a punto de tu ordenador, con nuevo disco SSD, más memoria RAM o mejor tarjeta gráfica, no estaría nada mal tampoco.
Leer libros
En mi Evernote tengo títulos, autores o portadas de libros que he ido recopilando durante el curso: los iba viendo en escaparates, o bien en posts de blogs o bien me los recomendaba algíºn amigo y yo los iba capturando en modo texto o imagen en esa aplicación tan íºtil. No los pude leer entonces y ahora estoy sacando el hueco oportuno para ver, al menos, alguno de esos libros. Ciencia-ficción, novelas de detectives o biografías, libros al fin y al cabo con el que mejorar mi velocidad lectora (me vendrá bien en el próximo curso y de cara a los exámenes), mi dicción y de paso aprovechar para aprender palabras nuevas. ¿Hay algíºn libro que me recomendarías y que estés leyendo este verano?
Recuperar el contacto con amigos
Este es uno de los puntos que más me gusta del verano. Recuperar amigos, volver a ver a muchos de ellos, porque sólo nos encontramos en las vacaciones si nuestros destinos de estudiantes o trabajadores no son cercanos. El curso es un oleaje incesante de actividades, horarios plagados de clases, prácticas, bibliotecas, etc. No le dedicamos a los amigos el tiempo que merecen realmente, el que nos gustaría, disfrutar de su compaí±ía o contarles qué tal nos va tranquilamente. Las redes sociales han acercado mucho a amigos lejanos, todo nos lo contamos ya por Facebook, o seguimos a la mayoría de ellos en Twitter, pero nada como el reencuentro presencial y tomar un café o una caí±a con ellos, ¿no crees?
Y tíº, ¿qué dejaste para el verano? ¿Lo estás haciendo en estos días de calor (frío, en países australes) y vacaciones?
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